viernes, septiembre 15, 2006

¿Qué pasa con la cracia del demos? o Ahé la buschocracia


Como me la paso leyendo y oyendo sobre democracia por aquí y democracia por allá, acudí al Laroussito para ver de aclararme mis ideas sobre la tan llevada y traída palabrita. Para los que no lo saben comparto mi confirmado conocimiento de que democracia está compuesta de demos, que significa mayoría y cracia que significa poder. Sencillo ¿Verdad? ¡Pués no! O Laroussito se comió un millo o todo el mundo se ha vuelto loco. Porque si es así, tendríamos que presumir que democracia significaría el poder de la mayoría y entonces ¿cómo van a decir los superpotentes y los que se la saben todas, como eso de las bombas de destrucción masiva en Irak, por citar un ejemplo, que en Venezuela no hay democracia? Si la prensa nacional e internacional no se ha equivocado, Chávez salió electo por amplia mayoría (demo) y no sólo eso sino que cuando quisieron darle el zarpazo la movilización popular, en una acción insólita en la historia, hizo que lo tuvieran que poner otra vez a dirigir sus destinos (cracia)
¿Y qué decir de Evo Morales? Que para que un indígena cocalero salga electo presidente, sin que valieran los billetes de las “Clases Vivas”, hay que halar más pueblo que un campeonato mundial de fútbol. Pero las “Clases Vivas”, comprendiendo que se están muriendo, andan como las ratas acorraladas mordiendo a diestra y siniestra comandadas por las ratas mayores del norte que dicen que no hay democracia.
Y Cuba es punto y aparte. Porque si la CNN y otras emisoras no se vendieron a Castro, las multitudes de apoyo a Fidel y a la Revolución, captadas desde el aire para abarcarlas en toda su magnitud, no se pueden comparar con las fotos de los que dicen que no hay democracia, un grupito que para tirarles una foto tiene que apretarse y poner la cámara bien de cerquita para que parezca, con las dos manos levantadas y banderitas, que son una multitud.
Pero si obviamos la definción griega, que ha sido tan modificada en el transcurso de la historia y nos vamos a ver un ejemplo de democracia, qué mejor que tomar al país que se proclama el non plus ultra de ese sistema político y vemos que en los Estados Unidos no vota la mayoría del pueblo, la cantidad de votos no determina el triunfo, el dinero (del latín denarius) circula y circula como río revuelto para caer en catarata sobre los elegidos.
Y si nos ponemos a escarbar como masoquistas desafiando la peste de la caca revuelta con palito, afloran las desigualdades, la pobreza extrema, el analfabetismo, la falta de seguro médico para las mayorías, el racismo, etc, etc.
Pero ahí gobierna (o desgobierna) Busch, el paladín de ella, el árbitro que determina si un país tiene democracia (generalmente los del primer mundo), o si este otro no tiene democracia (claro, los del tercer mundo y sobre todo si son ricos en recursos como el petróleo o sus gobernantes le enseñan el trasero al Dios-cowboy) para mandarles un ejército y acabar con la quinta y con los mangos e implantar “su democracia” lo que equivale a decir la buschocracia, para que sus seguidores manengues le sigan el juego y vayan detrás de él parodiando esa
famosa chambelona de nuestros años de seudorepública: ahé, ahé, ahé, la buschocracia...