jueves, agosto 10, 2006

Informan sobre planes del Pentágono para acabar con Cuba.


Desde el restaurant Versailles, en Miami, más conocido como el Pentágono, donde se reúnen a almorzar los más verticales anticastristas en posición de firme y parados sobre una sola pierna, claro está, la derecha, como la grulla de la pata de palo de Batista, se dieron a conocer los últimos planes para acabar con la Revolución cubana, en un santiamén. Según trascendió, el novedoso proyecto de los verticales goza del visto bueno de los horizontales, esos venerados patriotas del exilio con una abultada experiencia combativa que les ha permitido triunfar ininterrumpidamente durante estos 47 años, y que por su avanzada edad ya no pueden levantarse de las camas de los asilos de ancianos adonde el fervor de sus familiares y correligionarios los han archivado. Se trata de poner en práctica un viejo plan dejado por el difunto Rolando Masferrer, consistente en lanzar sobre cualquier acto político que se convoque en la Plaza de la Revolución oleadas de avispas africanas y medusas del Mar Rojo previamente transportadas en secreto por José Basulto y sus Hermanos (de la costa) al Rescate.
Para acentuar la agresividad de los insectos y medusas y acrecentar su sed de sangre, Masfererer recomendaba un período previo de dieta obligatoria con el mismo menú que disfrutan los parroquianos del Versailles: candela al horno en salsa de metralla, y de postre, mermelada de explosivo C 4 y barritas de queso crema, todo generosamente regado con una buena botella de vinagre “El Cocinero”, cosecha de 1958, que es la buena.
El plan, hasta el momento mantenido en el más riguroso secreto, se enmarca dentro de la estrategia diseñada por la USAID y la NED para el cambio pacífico y la reconciliación en Cuba, pues nadie podrá demostrar que los líderes revolucionarios de la isla siguen gozando del apoyo del pueblo si no reciben aplausos ni se agitan banderas. La genialidad del plan se completa con una convocatoria a la prensa extranjera acreditada en Cuba para que no falte al momento histórico en que millones de personas se arrasquen desesperadas en medio del silencio más impresionante jamás observado en la Plaza de la Revolución.

Reportó: Walter Mafuco Skold, periodista independiente, hasta tanto no se demuestre lo contrario.